Por: Cuautli Tlalli
El
despertar de un pueblo sometido, esclavizado y harto de la injusticia e
inequidad sacude las entrañas mismas del otrora poderoso Imperio español.
Aquella
madrugada del 16 de septiembre de 1810, arengados por el cura de Dolores Don
Miguel Hidalgo y Costilla, el pueblo mexicano se levanta en armas contra la
tiranía, el despotismo, la explotación, los virreyes…los gachupines.
La “Bastilla” mexicana
En la
revolución francesa, una edificación que simbolizaba todo el abuso, el
despotismo y la tiranía era la Bastilla, lugar donde se recluía y torturaba a
los que se atrevían a levantar la voz en contra
de los Reyes.
En el
Virreinato de la Nueva España los españoles
peninsulares poseían su propia “Bastilla”: la Alhóndiga de Granaditas.
La
Alhóndiga, que se localizaba en la provincia de Guanajuato, simbolizaba para
las huestes insurgentes la explotación,
el abuso y la opulencia insultante de los ricos españoles peninsulares, por lo
que tomarla era una forma de saldar afrentas.
Aunado a lo
anterior, los españoles deciden resguardar todos sus granos y alimentos, a
todas sus familias y fortunas en el interior de esta fortificación (dejando a
su suerte a los indios y esclavos aún bajo su tutela) y desde ahí atacan con su
ejército realista a los hambrientos insurgentes.
La batalla y el Pípila
El día 28 de
septiembre de 1810, luego de solicitar el cura Hidalgo la rendición pacífica y
entrega de la ciudad (misma que fue negada por los peninsulares), se inicia la
batalla por la toma de la Alhóndiga de Granaditas.
Los ricos
españoles y su ejército realista, perfectamente pertrechados y parapetados,
masacraban poco a poco en cada oleada de ataque a la fortificación a los
insurrectos, que mal armados y con escasa disciplina y entrenamiento militar
eran blanco fácil de la metralla española.
Fue entonces
que surge la figura de un sencillo minero de nombre Juan José de los Reyes, a
quien conocían como “el pípila”, quien con gran valor y arrojo decide
arriesgarse para incendiar el portón de entrada a la fortaleza. Protegido por
una pesada losa de piedra, el pípila avanzó arrastrándose hasta dicho portón
sorteando la metralla española que salía de la fortificación, hasta lograr
incendiarla y permitir su derribo y la entrada del ejército al interior de ésta
para derrotar a los españoles.
Héroes anónimos
Batallas y hechos
distintos se sucedieron a lo largo de la lucha de independencia, en todos ellos
destaca el valor de cantidad de héroes anónimos, héroes como el propio “Pípila”,
cuyos nombres la historia no registra, pero cuyo sacrificio y valor forzó al
imperio español a otorgar la libertad a su antigua colonia, situación que fue
bien aprovechada en su favor por los grupos privilegiados para volver suya una
lucha que antes combatían con crueldad y cuyos ideales no compartían, pero que
al final lideraron para erigirse como los héroes de la obtención de la
independencia de México, en lo que se conoció como El Falso Final .
Fuentes.
Toma de la
Alhóndiga de Granaditas
http://es.wikipedia.org/wiki/Toma_de_la_Alh%C3%B3ndiga_de_Granaditas
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